Gina Walanga es franco-keniata, y ahora vive en España. Después de una carrera en marketing, decidió realinearse con sus valores y crear Tembea, una marca de sandalias y accesorios hechos a mano en Kenia. Para ella, nada es más importante que poder mantener vivo el saber hacer de su ciudad natal y ayudar a los artesanos a su manera.
1- Gina, ¿nos puede explicar qué es Tembea?
Tembea es una pequeña marca que lancé el año pasado (sonríe). En julio de 2021. Vendemos sandalias y accesorios hechos a mano en Kenia, diseñados por mí e inspirados en varias culturas keniatas (maasai, turkana, kambas).
Tembea no es sólo una marca de zapatos y accesorios, es una historia. Crecí en Kenia y en Francia. Ahora estoy en España (risas). Siempre había pensado en volver a conectar con mis raíces, en ayudar a los artesanos locales de mi pequeña ciudad de Kenia. Hacer algo más creativo con mi vida. Así que di un giro de 90 grados y fui a por ello. Básicamente, soy especialista en automatización del correo electrónico, Consultant Salesforce Marketing Cloud. Es un trabajo que me gusta, pero después de la maternidad y de la Covid, ya no me veía en él.
2- ¿Cómo trabaja al final para apoyar a los artesanos keniatas?
Para Tembea, utilizo productos existentes de buena calidad fabricados por artesanos de la costa de Kenia. Es un producto que siempre he admirado, pero desgraciadamente no se ha adaptado al mercado europeo: sandalias de cuero con abalorios y sin tiras, por ejemplo. A partir de ahí, me pregunté cómo colaborar con estos artesanos, adaptando sus productos a la moda y a las necesidades de los europeos. Juntos conseguimos desarrollar productos auténticos (sonríe).
De este modo, con Tembea se abre un nuevo mercado para sus talleres, que además les permite sustentar su negocio más allá de la demanda turística, fuertemente impactada por la crisis de la Covid.
Para mí, esto era muy importante. En los talleres, muchas mujeres trabajan con abalorios, pero también hay hombres que trabajan con cuero. Era esencial poder ayudarles y mantener vivo su oficio.
3- ¿Tiene su proyecto un objetivo económico social y solidario?
Sí, ¡absolutamente! (sonríe). Tembea ya opera en una economía responsable.
De este modo, contribuyo a la creación de pequeñas empresas artesanales keniatas. Mi objetivo es ayudarles a crecer, para que puedan trabajar aún más personas. Si sale bien, ¡tendré toda la satisfacción del mundo (sonríe)!
Además, me permite destacar el trabajo de las mujeres, que representan más del 50% de la mano de obra allí. En general son más vulnerables, así que si puedo ayudarles a ser económicamente independientes, lo hago. Para mí, también es un compromiso. Aunque el objetivo principal de mi enfoque sea mantener viva la artesanía keniata.
4- ¿Es capaz de competir con las alpargatas españolas? (risas).
Sí y no (risas). Hoy en día, la mayoría de nuestros productos cotidianos están internacionalizados. Hay para todos los gustos. De hecho, puede elegir cualquier producto creado en cualquier país del mundo.
Lo que aporto con Tembea es su historia. Se trata de unos valores y una artesanía que no se pueden encontrar en ningún otro sitio. Así que para la gente que quiere consumir de forma responsable y artesanal, es ideal. Y sí, si asumimos que estos consumidores se llevan las alpargatas made in Spain, entonces soy una rival (risas).
5- Si tuviera que dar algún consejo a las emprendedoras que, como usted, se embarcan en un proyecto artesanal, ¿qué les diría?
Que se atrevan a intentarlo: las mujeres tenemos muchas dudas. Dar el paso ya es un gran avance. Hay que entender que no se nace empresaria, se llega a serlo. Significa aceptar convertirse en una navaja suiza. Mi consejo para conseguirlo es que se rodeen de gente. Que se rodeen de personas que puedan ayudarles en las áreas que no dominen. Es importante conocer a alguien que pueda contribuir a tomar las decisiones correctas o a delegar. Es un punto fuerte para destacar entre la multitud.
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