protection social de los independientes en espaça
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Protección social para las mujeres empresarias: cómo utilizarla

El trabajo es salud”, cantaba Henri Salvador. Esta afirmación también se aplica a las expatriadas francesas que desean beneficiarse de la protección social en España.

Para integrarse bien en su país de adopción, hay que conocer los nombres de las organizaciones a las que deben afiliarse los autónomos in situ. Así como los diferentes pasos a seguir  para obtener un certificado digital y para empadronarse.

Cleiss y Urssaf, “minas” de información para la protección social de las mujeres expatriadas

Esta misión se ve facilitada por dos instituciones francesas: Cleiss y Urssaf. La primera indica que “proporciona información sobre la protección social internacional”. Mientras que esta última significa Unión de recaudación de las cotizaciones de seguridad social y de las asignaciones familiares.

Cleiss explica que “el periodo de transición de dos años que siguió a la supresión del RSI terminó a principios de 2020 con la integración de los autónomos en el régimen general”. En cuanto a la Urssaf, precisa que, desde el 1 de enero de 2020, su servicio de movilidad internacional gestiona la movilidad de estos mismos autónomos.

¿Comisión de servicio o pluriactividad?

En cuanto a los perfiles de estos últimos, la Urssaf sigue siendo explícita: será un trabajador en comisión de servicios o uno que ejerza una pluriactividad. El primer caso se refiere a “todo trabajador por cuenta propia que ejerza temporalmente su actividad profesional habitual fuera de su Estado de afiliación, en uno o varios Estados de acogida”. Estados restringidos al “Espacio Económico Europeo” y Suiza.

El segundo caso se da “si la actividad ejercida fuera de Francia es permanente o si es de distinta naturaleza mientras el autónomo mantiene una actividad en su Estado de origen”.

En ambos casos, afirma la Urssaf, “se trata de determinar la legislación aplicable”. Para ello, basta con solicitar el certificado A1 reservado a los “trabajadores autónomos o asalariados que ejercen una actividad fuera de Francia, estando sometidos a la legislación francesa”.

Ojo a la excepción que confirma la regla

Por supuesto, también hay excepciones. Por ejemplo, trabajar en el extranjero por cuenta de empresas francesas con sede en Francia. Esta situación no es necesariamente sencilla, dependiendo del perfil del autónomo, y el servicio de movilidad internacional de la Urssaf puede aconsejar a la persona que conserve y utilice su tarjeta sanitaria europea si es necesario.

Antes de partir, la expatriada deberá tener en cuenta todos los parámetros. Como el estatus que desea adoptar. ¿”El trabajo es salud”? Sí, pero con una buena protección social.

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